“Emprender es no tener miedo y el hombre que no tenga miedo es un hombre libre”
Senefelder Tobo, fundador de Molinos Tobo.
Esta historia es sobre un empresario senior que rompe los esquemas habituales, al cual no le preocupa tener un plan de retiro, estamos hablando de un empresario de 72 años que tras dedicarle 25 años a su empresa aún tiene mucho por aportar “la felicidad de un ser humano es hacer lo que más le gusta y yo lo seguiré haciendo mientras pueda, nunca voy a dejar de estar al frente de mi empresa, porque mi empresa es mi disfrute, es mi hobby”. Nació en el Norte de Boyacá y reside desde hace 40 años en Casanare. Es mecánico automotriz y médico homeopático. Se describe como una persona que asume riesgos, un autodidacta incansable, que se caracteriza por “no tragar entero”, todo el tiempo está aprendiendo cosas nuevas y destaca su gusto por leer e investigar mucho sobre diversos temas.
Su empresa Molinos Tobo, ubicada en Yopal ofrece soluciones a la falta de agua y electricidad a partir del diseño y la fabricación de equipos innovadores, que funcionan con energías renovables en forma eficiente y oportuna. Cuentan con un extenso portafolio de productos que incluye molinos de viento, molinos solares, ruedas hibridas, ruedas hidroeléctricas, turbinas hidroeléctricas y alzadoras hidráulicas. En el 2022 lograron ventas de $950.000.000 millones y generaron 10 empleos directos y 4 indirectos
Molinos Tobo no fue su primer negocio, de hecho, en ningún momento sintió interés por emplearse. Años atrás tuvo un centro naturista con el que logró ayudar a muchas personas pero que no pudo conservar por barreras reglamentarias “hace 35 años, los gringos dieron la orden de cerrar todos los centros naturistas de Latinoamérica, en el país este tipo de medicina no estaba avalada”. También duró varios años trabajando como inventor y proveedor de soluciones de forma independiente, desarrollando, reparando y adaptando máquinas y equipos según la necesidad de los clientes. Tras este recorrido nació la empresa en cuestión, cuando su hija Sandra le manifiesta su deseo por iniciar algo propio “notamos que campesinos y ganaderos tenían la necesidad del recurso hídrico, así que iniciamos haciendo perforaciones en las fincas e instalando molinos para que el suministro de agua fuera constante”.
Los excelentes resultados de su empresa se los atribuye a la pasión que siente por los proyectos que desarrolla y a su familia. Actualmente él se dedica al lanzamiento de nuevos y mejorados productos y su hija Sandra es quien está al frente de las labores administrativas de la compañía. Hoy en día, afirma que tienen molinos de vientos instalados en la mayoría de regiones del país y su propósito es cubrir todo el territorio nacional. Su primera exportación fue al país de Cuba. Además, recientemente el negocio se ha beneficiado de los incrementos en el precio de la energía.
Su vida es la invención y la innovación es un pilar importante de su empresa. Siempre está poniendo a prueba su ingenio y haciendo cosas diferentes “he dedicado mi vida a investigar sobre nuevas formas de producir energías alternativas que no contaminen el medio ambiente”. Su mayor motivación es el impacto social y ambiental que genera, el legado que deja. Desde un principio se comprometió con dar acceso al recurso hídrico a quienes no cuentan con este “mi felicidad es vivir mis últimos años sirviendo a la humanidad, morir tranquilo por haber trabajado toda mi vida para que ese engranaje funcione”. Actualmente, ocupa su tiempo en tres proyectos. Los dos primeros, de la mano del sector palmero, desarrollando una versión mejorada del brazo hidráulico, que aporte mayores rendimientos y beneficios y una “aspiradora” de gran capacidad para recoger la pepa de palma en áreas muy extensas de cultivos. El tercer proyecto, cuenta con el apoyo de un profesor de la universidad EAFIT y consiste en un sistema que permite que los aires acondicionados en climas cálidos funcionen con energía solar, pero sin paneles “a través de transferencias de calor, logrando que a mayor calor más frío se produzca”.
Además, comenta que ha tenido que tomar decisiones difíciles, como dejar de lado su proyecto emblemático, al cual le dedicó 30 años, un motor autóctono, que generaba su propio combustible, principalmente porque su implementación “era peligrosa”, ponía en riesgo la economía del país (que en cierta medida depende del petróleo). Aunque en su momento se hicieron los estudios pertinentes y los resultados fueron muy buenos “nadie se interesó, me dijeron que dejáramos eso quieto porque estamos atentando contra la economía mundial”.
Al preguntarle por los retos que ha enfrentado como empresario su respuesta fue contundente “cuando iniciamos la empresa tuvimos muchas dificultades, pero logramos resolverlas, los límites los trazamos nosotros mismos”. También hace un balance del apoyo que reciben los empresarios senior y manifiesta que este es muy poco, lo cual resulta paradójico porque su potencial es invaluable “las personas mayores se desechan aun cuando tienen muchos conocimientos, experiencias y valores para aportar a la sociedad, aunque es mi caso no lo he experimentado”.
Por otro lado, destaca su buena relación con diferentes actores del ecosistema empresarial, la Cámara de Comercio de Casanare, algunas universidades y empresas tanto del sector privado como del sector público.
Sobre sus apuestas a futuro, Senefelder no concibe su vida de forma diferente, menciona su interés por crecer y aumentar su cobertura en el territorio nacional, así como continuar aportando a los sectores de la economía, en su caso, el energético, el ganadero, el palmero y el agrícola y al desarrollo de los hogares colombianos y sus comunidades.